martes, 25 de febrero de 2014

La fundación de Cádiz

En naves como ésta llegaron los fenicios
a las costas gaditanas hacia el año
1.100 a. de C.
Los fenicios, ese famoso pueblo de navegantes y comerciantes de la Antigüedad, originarios del actual Líbano, en el Mediterráneo oriental, llegaron a las costas de la Península Ibérica, en el lejano  Occidente, en torno al año mil antes de Cristo. Poco a poco, los fenicios habían ido creando a todo lo largo de la cuenca mediterránea un verdadero emporio comercial, con numerosas factorías o colonias, desde las que controlaban el comercio de cada zona. Tras arribar al Estrecho de Gibraltar, conocido como las Columnas de Hércules, el fin del mundo entonces conocido, se internaron en un inmenso océano desconocido y tenebroso buscando nuevas rutas comerciales.
En aquel confín existía un misterioso reino llamado Tartessos, cuyo territorio se extendía por las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, poseedor de ricos yacimientos de oro y plata. En su búsqueda de un lugar estratégico donde establecerse y desde el que poder comerciar con el nuevo reino recién descubierto, los fenicios fundaron Gadir (Cádiz). Pero lo hicieron en el tercer intento, después de dos anteriores fallidos por establecerse en otras zonas de la costa andaluza.
Estrabón, geógrafo griego del siglo I a. de C., en su obra titulada Geografía, dice lo siguiente sobre la fundación de Gadir:
Cádiz hace 3.000 años
"Cierto oráculo envió a los tirios a fundar un asentamiento en las Columnas de Herakles... Con la idea de que allí se encontraban entonces las Columnas de que había hablado el oráculo, echaron el ancla en cierto lugar, sin atravesar el estrecho, allí donde hoy se levanta la ciudad de los sexitanos (de Sexi, actual Almuñécar). Mas como en este punto de la costa ofreciesen un sacrificio a los dioses y las víctimas no fueron propicias, se volvieron.
Tiempo después, los enviados atravesaron el estrecho, llegando hasta una isla consagrada a Herakles, sita junto a Onoba (Huelva), ciudad de Iberia. Como creyeran que allí estaban las Columnas, sacrificaron otra vez a los dioses, pero los signos fueron nuevamente adversos y regresaron a su patria.
En la tercera expedición fundaron finalmente Gadeira (Cádiz), alzando el santuario (el templo de Hércules, en el actual islote de Sancti-Petri) en la parte oriental de la isla y la ciudad en la occidental."
Así fue como, a la tercera, llegaron los fenicios y fundaron Gadir, próspera ciudad que siglos después heredarían cartagineses y romanos, con quienes la ciudad alcanzaría gran esplendor e influencia.
Tradicionalmente, la fecha de esta fundación se ha situado en el año 1.104 a. de C., "ochenta años después de la caída de Troya", según testimonio de un historiador romano llamado Veleyo Patérculo, con lo cual Cádiz sería la ciudad más antigua de Occidente, aunque los restos arqueológicos más antiguos encontrados hasta la fecha datan del siglo IX a. de C. Sobre este asunto trataremos en un próximo artículo.

martes, 18 de febrero de 2014

La insularidad de Cádiz

 
Cuando entramos en Cádiz, bien sea por el puente Carranza, sobre aguas de la Bahía, o por la autovía procedente de San Fernando, vemos que el mar rodea prácticamente a la ciudad, excepto por esta última zona, un tómbolo arenoso sobre el que discurre dicha autovía. Pues bien, si hay algo singular y digno de destacar de la geografía gaditana, es, precisamente, su condición de isla, hecho que pasa desapercibido y que apenas es conocido, incluso entre muchos gaditanos. Una insularidad que comparte con la vecina San Fernando, que no en vano es conocida popularmente como La Isla, en recuerdo de su antiguo nombre de Isla de León. 
Para entender esta realidad geográfica habría que remontarse a la prehistoria, cuando la bahía gaditana estaba formada por un pequeño archipiélago de tres islas frente a la desembocadura del río Guadalete cuyos aportes sedimentarios fue colmatando la bahía a lo largo del tiempo, dando origen a las actuales marismas, cubriendo un espacio anteriormente ocupado por el mar, y uniendo prácticamente las islas entre sí.
Este era el paisaje que encontraron los fenicios cuando llegaron a estas costas hace tres mil años, estableciendo su base y fundando Gadir en la más pequeña de las islas, situada al norte, en lo que hoy es la zona de la Torre Tavira y alrededores, en pleno casco antiguo. Frente a ella, separada por un brazo de mar, se situada otra isla más estrecha y alargada, donde los romanos crearon una nueva ciudad frente a la vieja Gadir, de nombre Neápolis, en los actuales barrios del Pópulo y Santa María. Esta isla se extendía hasta el islote de Sancti-Petri, donde se ubicaba el famoso Templo de Melkart fenicio o de Hércules y actualmente un castillo recientemente restaurado. La tercera isla, algo más alejada, estaría ubicada al este, donde hoy se asienta la ciudad de San Fernando. Con el paso de los siglos, este paisaje fue cambiando. Las dos primeras islas se fusionaron al cegarse el canal que las separaba, uniéndose posteriormente ambas con la de San Fernando, y ésta con la costa merced a la formación de las marismas, que hoy constituyen el Parque Natural de la Bahía de Cádiz. Isla Gaditana era el nombre con el que también se conocía a Cádiz y San Fernando durante la edad moderna. Y en la actualidad, ésta última, como dije al principio, sigue siendo conocida como La Isla y sus habitantes, isleños.
El caño de Sancti-Petri, que separa La Isla del municipio de Puerto Real y que conecta la bahía gaditana con el mar abierto, es el responsable geográfico de dicha insularidad. Otro caño más estrecho, el río Arillo, separa aún los municipios de San Fernando y Cádiz, reafirmando el carácter insular de ambas localidades.

viernes, 7 de febrero de 2014

Antes, una breve presentación...


Cádiz, ciudad de larga historia, la más antigua de Occidente, cuna de la libertad y de la primera Constitución española, es un lugar que esconde sorpresas y tesoros por descubrir, pero también curiosidades que desvelar.
Curiosidades diversas que podemos encontrar en su historia trimilenaria, en sus manifestaciones artísticas, en sus costumbres y tradiciones, en su gastronomía, en su habla, en su misma geografía o en la manera de ser de los propios gaditanos. Cada ciudad es única, pero Cádiz, desde luego, lo es por muchas razones.
Es, para empezar, la capital española y europea más meridional del continente, cuya privilegiada situación geográfica y estratégica la ha marcado históricamente como puente entre el Viejo y el Nuevo Mundo. Si decimos que, además, es una isla, muchos se sorprenderán. De aquí eran, por poner un ejemplo histórico, las famosas bailarinas que tanto encandilaban en la Roma imperial, las puellae gaditanae, arte de la danza que siguen conservando las muchachas de esta ciudad y su provincia. De ella, siglos después, partió Cristóbal Colón en su segundo y tercer  viajes al Nuevo Mundo, y en 1812 fue cuna de la primera Constitución española, ciudad liberal por excelencia, única de España, junto a la vecina San Fernando, libre de la ocupación napoleónica. Y si hablamos de sus fiestas, qué decir de la originalidad de su Carnaval, con sus peculiares letrillas, o, en general, del habla gaditana, merecedora por sí sola de todo un tratado.  Hasta para decir que vamos al centro o al casco antiguo decimos los gaditanos que vamos a Cádiz, como si la parte nueva fuera otra ciudad, o si alguien vive en el centro pues que vive en Cádiz... Por cierto,  los que viven en el casco histórico, son guacamayos, y los de extramuros, lechuginos, dicho en lenguaje local, herencia terminológica de principios del siglo XIX. 
En fin, amigos, historias y curiosidades gaditanas que iremos desvelando poco a poco a lo largo de las páginas de este blog, al cual os doy la bienvenida y al que os animo a seguir y a participar en él. Un saludo.
 
Fernando Pérez García