martes, 31 de mayo de 2016

La última de las grandes catedrales españolas

Fachada principal de la Catedral gaditana, destacando la
portada central, con el gran arco abocinado y frontón
triangular coronándola
La de Cádiz está considerada como la última de las grandes catedrales españolas, al ser la de construcción más tardía. Ésta se inició en el año 1.722, prolongándose los trabajos durante más de un siglo, debido a las dificultades económicas que fueron surgiendo a lo largo de este período. En 1.838, la Catedral Nueva, finalmente,  era consagrada  por el obispo Domingo de Silos Moreno, cuya estatua se alza a un lado de la catedral, habiendo aún algunas actuaciones posteriores. De ahí que haya quedado como una expresión típica gaditana la de que "está durando más que las obras de la catedral",  cuando algo se está retrasando más de la cuenta.
En la sociedad gaditana de la época existía el deseo de construir una gran catedral acorde con el esplendor comercial de la ciudad, a raíz, sobre todo, del traslado de la Casa de Contratación desde Sevilla a Cádiz en 1.717, que sustituyese al anterior templo catedralicio, la Catedral Vieja o iglesia de Santa Cruz, edificio de modestas dimensiones. Las obras, en su conjunto, fueron financiadas gracias al próspero comercio gaditano.
La Catedral destacando sobre el conjunto del caserío gaditano
Este largo período constructivo hizo que se sucedieran distintos estilos arquitectónicos en su construcción (barroco, rococó, neoclásico), integrados en el conjunto de forma armónica, siendo éste un rasgo característico de la catedral gaditana. Vicente Acero fue el arquitecto encargado de su construcción, ideando un gran edificio barroco que recoge influencias de la catedral de Granada y de la arquitectura barroca italiana. Acero fue sustituido años después por Gaspar Cayón, y éste, a su vez, lo fue por su sobrino Torcuato Cayón, otro de los grandes constructores de Cádiz, sustituyéndole más tarde Miguel de Olivares. Los arquitectos Manuel Machuca y Juan Daura culminaron las obras, ya en el siglo XIX, en estilo neoclásico, como se observa en las partes altas del edificio: torres, cúpula y remate de la fachada, modificando de esta forma el proyecto original.
Interior de la Catedral
Del exterior, destaca la fachada principal, de movidas formas, como se aprecia en la sucesión de líneas cóncavas y convexas, de clara influencia italiana. Está dividida en tres portadas, estando la central realizada en mármol, con dos cuerpos superpuestos, enmarcados por columnas corintias y las figuras de San Servando y San Germán, patronos de Cádiz. Un gran arco abocinado y un frontón triangular entre ambas torres rematan el conjunto.
Tiene planta de cruz latina, la cual se encuentra reproducida en el pavimento de la plaza de la Catedral, con tres naves, crucero, girola y capillas laterales. El interior es de gran riqueza decorativa, recubierto todo él de mármoles y jaspes, destacando la cúpula semiesférica sobre tambor en el crucero, obra de Juan Daura, y el templete de mármol y bronce situado en el presbiterio, de la segunda mitad del siglo XIX, de Juan de la Vega. Destaca también el coro con su sillería, así como un importante conjunto de pinturas y esculturas distribuidas por sus capillas, de importantes autores barrocos como Luisa Roldán, Ignacio Vergara, el italiano Esteban Frucos o el contemporáneo Mariano Benlliure, entre otros. En su interior se conserva también la custodia procesional de plata del Corpus Christi, del siglo XVI, obra de Enrique de Arfe.
En la cripta, situada bajo el altar mayor, se encuentran enterrados los gaditanos Manuel de Falla y José María Pemán, junto a obispos de la diócesis de Cádiz. Como curiosidad, esta cripta se halla situada bajo el nivel del mar, escuchándose los días de fuerte oleaje el batir de las olas contra la muralla .
La catedral sufre el llamado mal de la piedra, debido a la humedad de la zona, que afecta sobre todo a las cubiertas, razón por la cual hay colocada una red en altura para evitar que caigan al suelo fragmentos de las mismas.
El Museo Catedralicio, que guarda un rico patrimonio artístico, se encuentra situado en la Casa de la Contaduría, en la plaza de Fray Félix, junto a la iglesia de Santa Cruz.

Detalle de la fachada. Se aprecian las formas cóncavas y
 convexas de la cornisa
Detalle de la Catedral de la maqueta de Cádiz,
del año 1.777, que se conserva en el Museo de
de Las Cortes. Obsérvese las torres y la cúpula
central, realizadas según el proyecto original
 

martes, 17 de mayo de 2016

Temporales


Efectos del temporal sobre la playa Victoria:
escalón arenoso y bloques de hormigón, antes
ocultos por la arena
Quien se haya acercado a la playa de Santa María del Mar y zona colindante de la playa Victoria estos días habrá podido comprobar los efectos del último temporal en las mismas, con la pérdida de gran cantidad de arena, que ha provocado la formación de un gran escalón arenoso, casi barranco, y la aparición de nuevos bloques de hormigón, que se hallaban ocultos bajo la arena, aunque una gran parte de éstos ya hacía algún tiempo que se mostraban a la vista como consecuencia de anteriores temporales.
Siempre ha habido temporales en la costa gaditana, intensificando la erosión natural que provocan las mareas, pero sus efectos se hacen mayores sobre los rellenos de arena que se han realizado allí en los últimos años. La situación se agravará en el futuro con la subida del nivel del mar debido al deshielo provocado por el cambio climático, con lo que los temporales serán más dañinos sobre unas playas en trance de desaparecer.
Bloques de hormigón junto al chiringuito de
la playa de Santa María del Mar
Otra consecuencia de los temporales que cada año sufre la ciudad, fue la aparición durante los siglos XIX y XX de frecuentes socavones en las murallas del casco antiguo, particularmente en el Campo del Sur, Paseo de Santa Bárbara y Alameda, algunos de ellos de gran tamaño, que ponían en serio peligro la circulación y las propias viviendas de la zona. Para evitar este problema, a mediados del siglo pasado se colocaron bloques de hormigón en el Campo del Sur, para resistir los embates del mar, ocultando de esta manera a la vista la muralla. Más recientemente, se han colocado bloques en la zona del Baluarte de San Roque y en un tramo de la muralla junto al Hotel Atlántico, en donde se había formado un nuevo socavón.


 
Escalón de arena bajo las tumbonas de la playa
  
Filas de bloques de hormigón, desaparecida la
arena que los cubría por los temporales de
años pasados
 
Socavón en la muralla de la Alameda provocado por los temporales
 a principios del siglo pasado
 
Socavón de grandes proporciones de la misma época