martes, 25 de julio de 2017

Playas de Cádiz

Playa Victoria durante la bajamar.
Uno de los principales atractivos de Cádiz son, sin lugar a dudas, sus playas, convertidas durante el verano en uno de sus recursos turísticos indiscutibles, además de medio de vida de numerosas personas gracias a los bares, restaurantes y chiringuitos instalados en ella y a lo largo del paseo marítimo. Son playas de blanca y fina arena, de gran belleza y calidad, rasgos que comparte con el resto del litoral provincial, atestiguada por la concesión cada año de la bandera azul. Son unos diez kilómetros de playa que se extienden desde La Caleta, en el casco antiguo, hasta Cortadura, a la altura de Torregorda, en el tómbolo arenoso que une Cádiz con San Fernando, aunque la playa continúa en estado virgen más allá, hasta la desembocadura del Río Arillo, bajo zona militar. Entre ambas, se encuentran las playas de Santa María del Mar y de la Victoria, siendo ésta la más visitada y la que cuenta con mayores servicios. En el pasado, hubo también playas en el frente que da al interior de la Bahía, desaparecidas tras los rellenos que se realizaron durante el siglo XX para ganar terreno al mar.
Playa de la Caleta, en el casco antiguo de Cádiz
Uno de los fenómenos meteorológicos que caracterizan las playas gaditanas, tanto de la capital como del resto de la provincia, es el levante, viento de fuertes rachas, ideal para los surfistas, pero no tanto para el resto de bañistas por las incomodidades que provoca, al levantar verdaderas olas de arena que todo lo llena, lo que provoca que muchas personas dejen de acudir a la playa en días de levante. Este viento tiene la contrapartida del poniente, fresco y húmedo, al proceder del mar, lo mismo que el viento sur, también fresco y húmedo, pero más suave, vientos éstos últimos que suavizan los días de intenso calor.
Playa de Santa María del Mar
La mejor hora para disfrutar de la belleza de estas playas es al atardecer, cuando el sol, a punto de ocultarse, llena de color el horizonte, mientras que la brisa marina refresca el calor de la tarde, momento que gaditanos y turistas aprovechan para pasear a lo largo del borde marítimo y disfrutar de ese paisaje único, completado con la silueta del faro y castillo de San Sebastián, del Campo del Sur y de la Catedral.
Desgraciadamente, la playa sufre los dañinos efectos de los fuertes temporales que, sobre todo, en otoño e invierno combaten esta costa, provocando la pérdida continua de arena, un fenómeno que se repite en otras costas españolas, y que los continuos aportes de arena no consiguen frenar.
Por otra parte, la playa gaditana ha sido y es escenario de importantes eventos deportivos y culturales, como torneos de diversos deportes, para los que se instalan gradas desmontables, o un festival aéreo que tuvo varias ediciones, así como conciertos de música. En el siglo pasado también se celebraron carreras de caballos y de motos. Pero lo que han dado fama a las playas gaditanas han sido las barbacoas del Trofeo Carranza, en la que cada agosto participan miles de personas, como complemento del acontecimiento deportivo, que ha dado lugar a que figure en el libro Guinness de records, aunque en los últimos años se ha restringido su número por razones medioambientales. Un cine de verano desmontable que se instala en la playa Victoria los fines de semana completa los actos lúdicos.
Duna sobre el fuerte de Cortadura. Las dunas, paralelas a la
autovía de Cádiz a San Fernando, son propias de esta playa.
Es de destacar el papel de la playa en el Carnaval gaditano, especialmente la de La Caleta, motivo siempre de inspiración en las letras de las agrupaciones carnavalescas, destacando aquel tanguillo tan famoso de Los Duros Antiguos, compuesto por el Tío de la Tiza, donde se canta el hallazgo en el año 1904 de unas monedas de plata del siglo XVIII, enterradas en la arena de la playa Victoria, procedentes de un antiguo naufragio, que movilizó al pueblo de Cádiz en la búsqueda del tesoro. Un hecho curioso y simpático propio de esta tierra.
Como curiosidad, decir que hasta hace unos años podían verse restos desperdigados del acueducto romano en la playa de Cortadura, desgastados por el oleaje y las mareas, un tramo del cual se encuentra expuesto en la Plaza de Asdrúbal de la capital gaditana. Igualmente, aún son visibles algunos restos de la calzada romana que transcurría por esta misma playa, ocultos parcialmente por la arena.

Bandera azul

Anochecer sobre Cádiz